sábado, 11 de marzo de 2017

La evaluación: reflexiones

La grandeza de la vida no consiste en no caer nunca, si no en levantarnos cada vez que caemos. Nelson Mandela
Creo que hablando de evaluación, en esta gran cita podríamos sustituir el término vida por el de educación y seguiría siendo tremendamente acertada. El éxito en la escuela no consiste tan solo en aprobar si no en aprender y no hay mejor manera de aprender que sabiendo cuáles son nuestros puntos débiles y nuestros errores. Para ello necesitamos un docente que nos indique cómo mejorar y nos guíe para podernos "levantar", aprender y superar nuestras dificultades. En esto consiste, desde mi punto de vista la evaluación, una evaluación para mejorar en el aprendizaje. Continuaré mi reflexión planteado la siguiente pregunta: ¿Aprender para evaluar o evaluar para aprender? Obtenida del blog "Transformar la escuela" que plantea un interesante punto de partida. 
Cuando como profesora me encuentro ante mis alumnos, no puedo dejar de pensar en mi época de estudiante, cuando el éxito consistía en sacar buenas notas, lo que "demostraba" que poseías un amplio conocimiento de la materia. Es común escuchar a gente afirmar que "los niños saben menos ahora que antes" insistiendo en  que se han perdido muchos conocimientos porque no saben, por ejemplo, citar la lista de los reyes godos. Cuando entro en clase, sin embargo, siento envidia de mis alumnos que, en mi opinión, saben hacer muchas más cosas que yo a su edad. Elaboran informes, hacen presentaciones, diseñan parques temáticos ambientados en antiguas civilizaciones o debaten sobre la desigualdad en el mundo.
El mundo actual requiere un modelo de aprendizaje que incluya, no tanto el dominio exclusivo de conocimientos, como el dominio de varias competencias,  Este nuevo modelo educativo requiere un nuevo modelo de evaluación. Una evaluación formativa más que sumativa, tal y como plantea Robert Stake (1981).
En la evaluación tradicional, evaluar y calificar se convierten en sinónimos. Se trata de una evaluación calificadora, uniforme, basada en contenidos, en la que el profesor enseña con el objetivo de que los alumnos aprueben. Se convierte a su vez en una evaluación clasificadora, en la que unos alumnos son mejores que otros.
Sin embargo, a la hora de evaluar me planteo una serie de preguntas tales como; ¿Qué evalúo? ¿Debo evaluar a todos los alumnos con los mismos criterios? ¿Por qué la evaluación convierte con demasiada frecuencia al alumno y al profesor en enemigos? En definitiva ¿Por qué es más importante aprobar que aprender?
Intentando dar respuesta a estas preguntas me he encontrado con nuevas teorías sobre la evaluación más acordes con mis propias ideas, que apuestan por una "Evaluación para el desempeño" tal y como plantean J.Hattie y H. Timperly (2016) una evaluación basada en la observación, el seguimiento y la medición, una evaluación que nos permita detectar las lagunas de los alumnos y enseñarles a traspasarlas mediante la colaboración entre el estudiante y el docente que se convierten de esta manera en un equipo. Para que hacer efectiva esta forma de evaluar podemos partir de propuestas como las planteadas en el siguiente artículo.
Por último, señalar la importancia de la autoevaluación: evaluar al evaluador, pero esto es otra historia que dejamos para una futura entrada y añado algo de bibliografía
y blogs de compañeros que que me están resultando muy útiles, como el de Diego Sobrino o Rosa Liarte

Continuará...

Visual thinking hecho con https://www.canva.com
Imágenes:
Lucha de espadas: https://urbinacriticalhit.wordpress.com/2012/10/16/la-espada-medieval-un-actor-red/
Tesoro: http://www.istockphoto.com/mx/vector/cofre-del-tesoro-monedas-de-dibujo-gm465535163-33696994
Círculo de apoyo: http://elmanzano.org/wp-content/uploads/2013/07/circulo-apoyo-.png
cerebro http://www.gatoblack.com/visual-lab/

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